No me digas que el cielo es el límite, cuando hay huellas en la luna

14.1.12

Descubrí que el paraíso puede encontrarse en el tacto de una piel suave, que las caricias son más fuertes que los golpes y que los besos pueden hacerte volar. Descubrí que había sentimientos insospechados en mi interior, que se puede reír y llorar al mismo tiempo. Descubrí en definitiva, algo tan simple y tan complejo, tan vulgar y tan extraordinario, tan dulce y tan amargo, como el amor.
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1.11.11

Ella..

Ella siempre dice que en todas sus historias hay un tren...

Estaba sentada en el andén con la mirada perdida hacia el túnel en dirección hacia donde tenía que llegar el tren, cuando se oyó que éste entraba en la estación, metió la mano en el bolso y sacó lo que parecía una maraña de metal, y la desplegó. Estiró la mano en dirección al tren buscando las puertas. Palpando las encontró y subió. Buscaba donde sentarse y. a golpe de bastón, encontró un hueco: justo el hueco donde yo pensaba ir. Vi que en frente había otro asiento libre y decidí sentarme allí.

Llevaba gafas oscuras, el pelo largo (muy largo, de hecho), oscuro y recogido en una coleta alta, con el flequillo en la cara, que era de tez blanca y fina. Llevaba un vestido azul y una sudadera negra. Tenía las manos finas, con dedos largos... Y me quedé ahí, mirando sus dedos durante mucho rato, viendo qué hacían. Nada, nada era lo que hacían, quietos, sobre sus piernas tenía las dos manos extendidas. Entonces, volvió a meter la mano en el bolso y sacó un cuaderno bien grande, blanco, que abrió por una página al azar y empezó a deslizar las manos sobre él.Ya me había dado cuenta que era ciega, es evidente. Así que me dediqué a mirar cómo leía... Leer en Braille es algo que siempre me ha llamado mucho la atención y creo que se me notó, porque enfocó su cara hacia mí y me preguntó si sentía curiosidad por ello. Le dije que sí, y me dijo que me acercara, que me enseñaría algunas cosas. ¿Me había visto? Más tarde me enteré que sí.

Ella nació viendo, como tú, como yo... Empezó a explicarme la historia, se dio cuenta que me preguntaba cosas, y empezamos a hablar. No le importó explicármelo todo. Yo hoy os lo resumo:

Sí, ya os he dicho que Ella nació viendo como ves tú mientras lees lo que te cuento. Cuando se hizo mayor, empezó a ver menos y le detectaron una enfermedad crónica que podía estancarse o ir a peor, dejándola en la oscuridad. Durante más de 12 años estuvo todo estancado, veía menos de la mitad de lo que vemos nosotros y, poco antes de conocernos ella y yo, una mañana se levantó y no se encontraba en su propio espejo. ¡Pero me había visto! Sí, veía bultos y luces, veía colores... Y precisamente eso, los colores era lo que más feliz la hacían, siempre llevaba cosas de muchos colores encima. Me contó que, una de sus mayores pasiones, era el color de los ojos de la gente; siempre pregunta de qué color son, y se los imagina. Luego pregunta por tu sonrisa y te palpa la cara para ver cómo es o saber cómo sería; te pregunta el color del pelo y lo busca; quiere saber cómo son tus manos; le encanta el azul del cielo y las letras hechas a mano; le gusta, hasta el color verde de los semáforos; le gusta leer y la música (de hecho toca el piano). Me preguntó dónde se iría todo cuando dejase de verlo. Hablamos un rato más. Llegué a mi parada y me bajé.

Lee en Braille, busca en su oscuridad la cara y las sonrisas de quienes la acompañan.
Esta frase me pareció maravillosa para acabar, pero recordé algo que me dijo, "haya o no haya luz no oculto la sonrisa, que es el mejor don que me han dado."

Ella siempre dice que en todas sus historias hay un tren, y en un tren la conocí.

18.9.11

Todo lo que hagas en esta vida merecerá la pena. Salga bien o mal. Si ha salido mal, buscarás el error y aprenderás de él. Si ha salido bien, alegrate por ello. Nunca dejes de cometer errores, que más vale aprender de algo que hayas hecho que arrepentirte de no haberlo hecho.Pero recuerda, de cada experiencia se aprende algo nuevo.


9.9.11

Dolor

Cuando un cristal o un plato se rompe genera sonido de algo rompiéndose. Cuando una ventana se hace añicos, la pata de una mesa se rompe, o se cae un cuadro de la pared, hace ruído. Pero cuando tu corazón se rompe, el silencio es total. Es algo tan importante que piensas que su ruptura hará tal ruido que se oirá en todo el mundo, o sonará como un gong o un timbre. Pero simplemente hay silencio, y entonces es cuando desearías que hubiese algún sonido que distrajese tu dolor. Si lo hay, es interno. Es un grito y nadie puede oírlo, solo tú. Es tan alto que tus oídos pitan y tu cabeza duele. Es tan salvaje, como una herida abierta expuesta a agua marina, pero cuando realmente se rompe, solo se oye el silencio. Gritas en tu interior, pero nadie puede oírlo..."

26.8.11

Final feliz.

Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan, nos piden que creamos en ellas: El giro al final de la historia, la declaración de amor inesperada, la excepción a la regla. Pero a veces estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz, que nos olvidamos de leer las señales. Las que diferencian a los que nos quieren de los que no, a los que se quedarán de los que se irán. Y es posible que ese final feliz no incluya al hombre ideal. Puede que seas tu, recomponiendote y volviendo a empezar, liberándote para algo mejor que puede haber en tu futuro.
Puede que el final feliz sea simplemente pasar página.





23.8.11

Amor

Cuando la situacion mundial me deprime, pienso en un aeropuerto.
Dicen que vivimos en un momento de odio y egoísmo... Pero yo no lo veo así. Yo creo que el amor nos rodea, puede que no siempre sea algo digno de las noticias, pero siempre esta. Entre padres e hijos, madres e hijos, hombres y mujeres, novios, novias, viejas amistades. Ninguna de las llamadas desde los aviones de las torres gemelas fue de odio o de venganza... Al contrario, fueron mensajes de amor.
Tan solo hace falta buscarlo para darse cuenta, de que el amor, efectivamente nos rodea.





20.8.11

Para algunos la suerte es que le toque la lotería, que el equipo contrario marque de rebote o encontrarse una moneda de dos euros en la calle. Para mí la suerte es otra cosa. Para mí la suerte es descubrir que no todo lo que te ocurre tiene que ser malo, que a veces las cosas suceden por algo. Para mí la suerte es darte cuenta de que existe algo que te inspira, que te alivia, algo con lo que te sientes realmente bien y con lo que no necesitas nada más, algo que realmente te gusta. Es saber que existe alguien al que darle los buenos días todas las mañanas, por quien te levantas con una sonrisa, alguien que te hace sentir que solo importas tú. Para mí la suerte es tenerte cerca, no perderte, saber que estas ahí, besarte, necesitarte, o quererte cada día un poco más.
Sí, eres lo que yo entiendo por suerte.





13.8.11

Después de un tiempo, uno aprende la diferencia entre tener una vida por vivir y estar viviendo. Uno aprende que los para siempre no siempre significan toda la vida y que una compañía no significa estar al lado de una persona. Entonces, uno empieza a aprender que no todo el mundo piensa de la misma forma, y uno empieza a aceptar sus derrotas con los ojos abiertos. Uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para hacer planes. Y uno aprende que realmente puede aguantar porque somos realmente fuertes. Con el tiempo comprendes que sólo hay una persona que es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, y que puede darte muchísima felicidad.




8.8.11

Música.

Lo intentaba explicar de una forma sencilla.
Seguramente tú hayas visto un paisaje bonito alguna vez y le hayas sacado una fotografía para enseñárselo a alguien. Lo mismo ocurre con las cosas que se viven o se sienten, como cuando a uno se le pone la piel de gallina o le da un vuelco al corazón. Claro que no hay cámaras de fotos capaces de capturar esas sensaciones, para ello esta la música.




29.7.11

Errores.

La verdad es que me encantan los errores. Porque de errores se cuentan historias, anécdotas, te ríes de muchos de ellos y otros los quieres cambiar. Pero un error da paso a una nueva oportunidad, te haces más fuerte, te da la sensación de ser más sabia aunque siempre tropieces en la misma piedra; pero da igual, porque si no cometes errores, ¿Para qué vives? Toda una vida de perfección parecerá tentadora, pero no lo es; porque nada será real. Porque ya no le tendrás miedo a nada, todo saldrá bien, no tendrás nada que atesorar porque nadie te lo quitará. Por eso me encantan los errores, porque aprendes de ellos y porque te enseñan lo que has tenido y si lo quieres recuperar, tienes que luchar por ello.